miércoles, 12 de agosto de 2020

REFLEXIONANDO ACERCA DE JEFTE (Hebreos 11:32)

Reflexionando acerca de Hebreos 11.32, “Jefté” Todos los seres humanos tienen a alguien como héroe. Algunos de estos héroes son sacados de las revistas cómicas tales como las de Batman o Superman. Otros tienen como héroe a un deportista o político tal como Don Bradman, Margaret Court, David Ben Gurión o Martín Luther King. En el Nuevo Testamento también alguien escribió una lista de héroes, la lista de los héroes de la fe Al leer este capítulo vemos a algunas figuras del Antiguo Testamento. También vemos a otras personas que son raras o peculiar. Tenemos a Abram y a Moisés que comparten el reparto de varios versos, pero a David solo se lo menciona a la pasada. Sin embargo, a Rahab, la ramera se las menciona mucho más. Esto me hace pensar que esta lista de los héroes de la fe parece haber sido compuesta por ustedes o por mí ¿a quién pondríamos y qué diríamos acerca de ellos? Teniendo en cuenta esto, he seleccionado a una particular persona, este es Jefté y para esto estudiaré cuidadosamente en Jueces los antecedentes. Durante los próximos seis meses presentaremos mensajes sobre Jueces a través del YouTube. Canal: https://tinyurl.com/BC-Video ¿Entonces, quién es Jefté y porqué está en la lista de los héroes de la fe? Hebreos 11:32-33 “¿I qué más digo? Porque el tiempo me faltará contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones.” Jefté por fe cometió hechos de justicia. Jefté fue uno de los jueces del Antiguo Testamento (Jueces 11-12). En ese tiempo vemos a la nación de Israel atravesando una decadencia moral. Sin embargo, hubo un piadoso remanente, pues leemos de Boos y Rut. Jueces 11:1-3 “Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad, pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él.” Aquí vemos a un hombre huyendo de su familia, pues se le negó su herencia. Sin embargo, fue a vivir no muy lejos de Gilead, en la tierra de Tob. Los hombres que se juntaron fueron personas que también se encontraban en la misma situación en la que Jefté se encontraba, hombres desamparados con muchas necesidades, no ociosos como algunas traducciones lo tradujeron. En ese tiempo hubo guerra con una de las naciones. Esta fue Amón (Jueces 11:29). “Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.” Así pues Jefté, quien es juez de Israel encabeza la batalla. Jueces 11:30-31 “Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.” Dios estuvo con él y supo que voto Jefté haría “cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.” Si un perro o gato haya salido, no se lo ofrecía en holocausto, pero si este haya sido un animal limpio entonces sí se lo ofrecía al Señor y Dios en un holocausto. Jefté es un hombre fiel esforzado y valeroso. Esta expresión hebrea es también usada en 1Samuel 16:18 concerniente a David. Jefté hizo una promesa a JEHOVÁ (verso 11) y antes de ir a la batalla le recordó al rey de Amón (14-26) que Dios prometió y cumplió su promesa concerniente a la tierra de Israel. Tenemos que recordar que cuando Jefté hizo esa promesa es porque él fue un creyente, un miembro fiel del grupo remanente así como Boos. Jueces 11:34:36. “Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su casa; y he aquí su hija que salía a recibirle con panderos y danzas, y ella era sola, su hija única; no tenía fuera de ella hijo ni hija. Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! En verdad me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme.” Ella entonces le respondió: Padre mío, si le has dado palabra a Jehová, haz de mí conforme a lo que prometiste, ya que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos los hijos de Amón.” Así como leemos cuando Jefté regresa a su casa, su hija sale a su encuentro y es en ese momento que Jefté, su padre le informa acerca de su promesa. Ella le responde has conmigo lo que prometiste al Señor. Algunos piensan que ella vino a ser un sacrificio voluntario y que por esto se le quitó la vida, fue muerta. Muchos mensajes afirman que Jefté sacrificó a su hija. Sin embargo, el sacrificio de niños en Israel no se practicaba en el tiempo de los jueces (1375-1075BC). No obstante, llegó a ser una práctica durante el reinado del rey Acab (871-852BC) para luego empeorarse durante el reinado de Manasés (687-643BC) porque ambos reyes adoraron a otros dioses. El sacrificio de seres humanos fue prohibido por la ley de Moises (Levíticos 18:21, 20:2-5; Deuteronomio 12:31; 18:10). Sin embargo, el sacrificio de niños era una práctica de los amonitas, pues ellos adoraban a Quemos y a Moloc (1Reyes 11) y Jefté estaba al tanto de estas prácticas abominables, él conocía o sabía la Ley de Moisés pues cuando negoció con los amonitas les recalcó las promesas de Dios escritas en su Palabra en las cuales él se apoyaba. Jueces 11:37-40 “Y volvió (ella) a decir a su padre: Concédeme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras. El entonces dijo: Vé, y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes. Pasados los dos meses volvió a su padre, quien hizo de ella conforme al voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón. Y se hizo costumbre en Israel, que de año en año fueran las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté galaadita, cuatro días en el año.” Aquí tenemos a la hija pidiendo permiso para atrasar la promesa y así poder lamentar por la mantención de su virginidad, apartarse de las cosas de la vida, del matrimonio. ¡Qué ejemplo para nosotros! En Salmo 15:4 leemos que Dios honra a la persona que le temen y le rinden homenaje, le reverencian “El que aun jurando en daño suyo y no cambia.” Su amor por el Señor es constante y se hace claro. No piensen que estoy equivocado. ¿Puede un creyente lleno del Espíritu Santo hacer promesas necias? ¡Claro que sí! ¿Tendría este creyente cumplir sus promesas tontas o necias? ¡Por supuesto que No! ¿Aceptaría Dios un sacrificio humano? La respuesta es ¡No! Ella no llora por su muerte sino porque nunca se casará, mantendrá su virginidad por siempre. ¿Porqué no se puede casar? Porque ella servirá todo el tiempo en el tabernáculo (Exodo 38:8; 1Samuel 2:22). Note verso 39 “Y ella nunca conoció varón.” Si ella se haya muerto se habría mencionado que ella fue virgen y aún más se diría que ella nunca tuvo relaciones sexuales. Ella llegó a ser un sacrificio vivo. Jefté es mencionado dos veces más en las Escrituras. En 1Samuel 12:11 Samuel menciona a Jefté en su último discurso comparando a este hombre con él, como un líder, un agente de Dios que liberó al pueblo de Israel de sus enemigos. En Hebreos 11:32, el pasaje en discusión, Jefté está en la lista de los héroes por su fe. Si él haya cometido el abominable sacrificio no habría sido mencionado por Samuel y tampoco estaría en la lista de los héroes. Cuando vemos y contemplamos lo que sucedió en el tiempo notamos que la hija de Jefté servía en el templo cuando Ana trajo a Samuel. Siendo una mujer de fe ella podría haber sido una madre espiritual para Samuel enseñándole muchas cosas espirituales. Entonces, ¿porque Jefté está con los héroes de la fe? Nuestras vidas pueden ser insignificante, sin embargo, la vida de Jefté tendría que animarnos pues vemos los principios de Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las osas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” En esta historia, el real héroe es Dios mismo, El es magnificado, su gracia y su salvación. Yo espero el día para encontrarme y conocer a estos dos héroes de la fe, Jefté y su hija shalom Paul

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