sábado, 26 de septiembre de 2020

HEBREOS 13:20-21

Hebreos 13:20-21 20 “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Estas palabras de la bendición o de las salutaciones finales son muy inspiradoras. Ellas muestran el sumario de las oraciones hechas por el autor hebreo concerniente al Mesías judío. En esta bendición el autor denota siete puntos que menciona en su carta. 1. El Dios de paz. Esta frase el Dios de paz, no es mencionada y es completamente ignorada en los escritos rabínicos. Sin embargo, el apóstol Pablo la menciona en Romanos 15:33, 16:20; Filipenses 4:9; y 1Tesaloniosences 5:23 como así también es mencionada por Gedeón en el Antiguo Testamento, en el libro de los Jueces capítulo 6 versículo 24 al momento de edificar un altar a Jehová llamando a este “Jehová-Salom.” Uno de los nombres del Mesías es Paz (Isaías 9:6) y es muy cierto que cuando el venga como el Rey de Sion proclamará la paz a todas las naciones (Zacarías 9:10). Paz no solo es la ausencia de guerra sino que también esta trae el descanso y la seguridad. Esta bendición de la paz también se encuentra en la bendición sacerdotal para nosotros enseñada a Aarón (Números 6) la cual es la misma para los discípulos después de la resurrección de Jesucristo (Juan 20:19, 21, 26). En resumen, lo que el escritor está diciendo es que no obstante los problemas y dificultades que tengamos o estemos atravesando si hemos sido lavados por la sangre Cristo, el Mesías somos justificados por la fe obteniendo así su paz (Romanos 5:1). 2. Levantó a Jesús de la muerte Cuando Jesús fue levantado de la muerte su rol de profeta terminó y vino a ser nuestro compasivo sumo sacerdote en los cielos (Hebreos 4:14-16). La resurrección de Cristo fue el primer fruto de la resurrección (1Corintios 15:23) luego nosotros sus seguidores también seremos resucitados porque él ha resucitado primero. La segunda muerte para el creyente en Cristo no tiene poder (Apocalipsis 21:8). Jesús es el poder de nuestra futura resurrección de acuerdo a su promesa (Juan 11:25-26). Dios demostró que Jesús es el Hijo de Dios (Romanos 1:4) por el hecho de su resurrección y que al mismo tiempo por su resurrección viene a ser nuestra justificación (Romanos 4:24-25) y garantía de nuestra resurrección (2Corintios 4:14). 3. El Buen Pastor A pesar de que todos somos ovejas descarriadas (Isaías 53:6) Jesús con su constante deseo de ser nuestro Señor y Pastor nos conduce (Salmo 23) porque él mismo se llama ser “el Buen Pastor” (Juan 10:1-18) aún cuando nos descarriamos. Su deseo es mantenernos juntos permanece (Mateo 23:37). El es también llamado Príncipe de los pastores (1Pedro 5:4) quien quiere premiar al fiel con la corona incorruptible de gloria, con la corona de justicia y con la corona de vida (2Timoteo 4:8). El pastor cuida de sus ovejas aún cuando ellas se encuentran atravesando momentos difíciles. David lo menciona en el Salmo 23 versículo 4 “aunque ande en valle de sombra de muerte.” No obstante, en este salmo leemos que la vara y cayado protegen al pastor de sus enemigos (lobos y osos), pero que también con estos, la vara y el cayado corrige a sus ovejas aunque no son palos grandes, pues El esta cerca de nosotros. Este título “el Buen Pastor” ha debido ser un aliento y consuelo para los primero creyentes judíos del siglo primero en los momentos de la destrucción de Jerusalén y en las consecuencias que siguieron a esta destrucción. Ellos también necesitaron no tener miedo a lo malo del momento. El estaba con ellos para darles aliento y ánimo. 4. La Sangre del Nuevo Pacto El autor de este libro mencionó dos veces la sangre del nuevo pacto (Hebreos 9:19-20, 10:22). Esto fue basado en lo que Moisés dijo e hizo en Exodos 24:8 “Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo; He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros….” como así también fue el primer pacto el cual empezó a envejecerse, pronto a desaparecer (Hebreos 8:13) siendo un contraste al Nuevo Pacto prometido a Jeremías 31:31-34 el cual fue inaugurado en la última pascua celebrada por el Señor Jesús (Mateo 26:24; Lucas 22:20) para luego cumplirse y hacerse realidad en el Reino que viene (2Samuel 23:5). En Ezequiel 37:24-26 vemos algunos de estos temas. En verso 24 Dios menciona al Único Pastor, el Mesías, Cristo Jesús. Luego en versículo 26 cumple o hace el servicio para nosotros de Rey y Sumo sacerdote “Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos, y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre.” El trajo en su sangre el pacto eterno al lugar más sagrado y santo en el cielo (Hebreos 8 y 9). 5. Jesucristo nuestro Señor Jesús es descrito ser el Señor, nuestro Señor en Hebreos 1:2-4, 3:6, por consiguiente desea nuestra obediencia (Hebreos 5:9) ya que nos ha traído salvación (Tito 2:11) para luego llevarnos a la gloria (Hebreos 2:10). Esto tendría que alentarnos a estar dispuestos a servirle fervientemente. David dijo “Servid a Jehová con temor, y alegría” (Salmo 2:11). 6. Nos habilita Este Dios que nos ha dado paz a través de la sangre del pacto eterno y de la resurrección de Jesucristo, el Señor, no quiere que nos sentemos a calentar asientos. El quiere que le sirvamos y nos sirvamos los unos a los otros. La resurrección de Jesucristo nos da el poder para servir (Efesios 1:17-20). Esta también es para la perfección de los santos y para que todas las cosas sean para la gloria a Dios. El nos equipa o habilita para que juntos edifiquemos el cuerpo de Cristo (1Corintios 12:1-11) y para que podamos compartir las buenas nuevas del Señor Jesús, el buen y fiel pastor. Paul Cohen traducido al español por Hra Raquel

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